La respuesta a estas incógnitas, al menos en un primer filtro, lo encontramos en el novedoso Reglamento de la IA, el cual define, en principio, los usos que pueden determinar un mayor riesgo para los ciudadanos.

Sería de necios negar que con el paso del tiempo, los cambios sociales que generan los avances tecnológicos se acompañan de una merma progresiva de los derechos fundamentales. La circulación constante de datos, la recopilación de información derivada de la monitorización del individuo, y su acumulación y conservación en piscinas de datos resultan necesarios para el funcionamiento de los sistemas, pero también suponen un riesgo evidente para los derechos fundamentales de los ciudadanos, generando multitud de incógnitas y de inseguridad ante su uso.

La respuesta a estas incógnitas, al menos en un primer filtro, lo encontramos en el novedoso Reglamento de la IA, el cual define, en principio, los usos que pueden determinar un mayor riesgo para los ciudadanos.

Pero además, el Reglamento lista las prácticas consideradas prohibidas en el uso de la inteligencia artificial, e incluye excepciones que permiten su uso, lo que habilita un puente de plata para utilizar la IA de esas formas prohibidas a priori, siguiendo las instrucciones para aplicarlos bajo unos supuestos tasados. La importancia de esto es clave, ya que, estas prácticas ponen en riesgo los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE, y por esto son consideradas prohibidas, pero la norma, paradójicamente, y en el mismo artículo, enmarca los casos concretos en los que se valida su uso.

Así, se habilita la posibilidad del uso de sistemas de identificación biométrica remota, con tecnología de inteligencia artificial, en tiempo real en espacios públicos, pudiendo monitorizar y captar la imagen de los individuos, para luego pueda procesar, interpretar, y localizar a determinadas personas. Esta práctica, que podemos encontrar proyectada años atrás en películas de ciencia ficción, de títulos tan famosos como 1984, con su Gran Hermano, ahora se podrá trasladar a la vida real.

El Reglamento plantea, de inicio, que solo pueda ejecutarse estas prácticas prohibidas,…

Lea el artículo completo de nuestra compañera Rocío Arce Peñafiel.

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