Durante la última década, la inteligencia artificial (IA) ha ido desarrollándose de manera exponencial, transformando nuestra realidad y la forma en la que trabajamos, estudiamos, o nos divertimos. Aunque la IA Generativa, como ChatGPT, por ejemplo, es la que más debate genera en la esfera pública, otros sistemas de inteligencia artificial han estado presentes en diversos aspectos cotidianos durante años, como asistencia virtual en smartphones, recomendaciones en plataformas de streaming o dispositivos como Alexa.
Estos sistemas han impulsado discusiones sobre la protección de datos y la ciberseguridad, evidenciando las dificultades para regular una tecnología que evoluciona a un ritmo más rápido que los procesos regulatorios.
Dado que las grandes potencias, en cuanto a desarrollo tecnológico, influyen directa o indirectamente en la cadena de producción a nivel mundial, cómo estas sean legisladas -o no- será relevante para la potencial configuración de una regulación de los sistemas de IA en el resto de los países, incluido Chile y España. Particularmente, se destacan tres potencias en relación con las economías digitales a nivel mundial: Estados Unidos, China y la Unión Europea.
Así, EE.UU, en lugar de una legislación única, presenta un mosaico de regulaciones a nivel federal y estatal. La «Orden Ejecutiva sobre IA» del presidente Joe Biden promueve la evaluación de riesgos y la transparencia en el desarrollo de la inteligencia artificial. Además, el National Institute of Standards and Technology (NIST) ha desarrollado directrices para la evaluación y gestión de riesgos en sistemas de IA.
Por su parte, China ha implementado la «Regulación de IA en Internet» en 2022, que impone estrictos requisitos sobre el desarrollo y la implementación de IA, con un enfoque en la protección de datos y la seguridad nacional…..
Lee artículo completo redactado por Cristóbal Vergara para LATIN COUNSEL
Comentarios recientes