La concienciación internacional unánime sobre la prioridad de prevenir y reprimir el blanqueo de capitales es uno de los acontecimientos más singulares de las últimas décadas. La Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada de 2000 marcó un punto de partida universal en la lucha contra el blanqueo de capitales.
La magnitud del fenómeno produce consternación. Aunque es arriesgado hacer estimaciones sobre el montante del dinero que escapa al control de los Estados, el cálculo realizado por el Fondo Monetario Internacional, del 2% al 5% del PIB mundial, no puede ser más expresivo. El volumen de las transacciones que se realizan en los mercados financieros se aproxima a los 100 millones de dólares por segundo. Es un volumen ingente, e imposible evitar que los blanqueadores combinen, en sólo unos minutos, operaciones de muchos millones para ocultar/aflorar dinero procedente del crimen.
El atentado de las Torres Gemelas en 2001 dio una nueva y terrible dimensión al problema, al poner ante los ojos de la Comunidad Internacional que el blanqueo no es solo un grave quebranto a la economía de los Estados, sino también una fuente de financiación de las formas más crueles del terrorismo. Ese mismo año, Estados Unidos aprobó la denominada Patriot Act, con un conjunto de enérgicas medidas contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, que demandaban de las entidades financieras programas de prevención mucho más potentes y un aumento de los informes de diligencia debida sobre las cuentas bancarias en el extranjero.
La Unión Europea, que ya en 1991 había aprobado una Directiva para control del blanqueo, ha publicado cuatro más desde entonces, una de ellas ese mismo año, 2001, endureciendo sus instrumentos de lucha y haciendo frente a las nuevas modalidades de blanqueo. Ahora se prepara un Reglamento Europeo, que unificará la normativa de los Estados y la creación de una Autoridad Europea, la AMLA (Anti-Money Laudering Autority) con sede en Frankfurt, que coordinará las Autoridades de Información Financiera nacionales.
Por su parte, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) se ha ido convirtiendo en referente mundial en la lucha contra la corrupción y el blanqueo…
Lea el artículo completo de Diego Cabezuela, abogado y Presidente de In Law Alliance of Lawfirms, así como Senior Partner de Círculo Legal.
Comentarios recientes